lunes

EL HUERFANO Y EL SEPULTURERO.

Estaba muerto de frío el herfano que aquel día
a los pórticos pedía
una limosna señores, para llevarle unas flores
a quien tanto me adoraba.

Pobre niño en su orfandad, al ver que nadie le daba y la noche se acercaba
con su inmensa oscuridad. Empezó con ansiedad a recoger unas flores
que por estar marchitadas, fueron al suelo tiradas por manos de unos señores.

Despues que un ramo formó con varias flores del suelo, le dió las gracias al cielo
y al cementerio entró al lugar donde sabía que se encontraba la fosa de la madre cariñosa que el sueño eterno dormía.

NEGROS EN EL ALGODÓN

Dejo de amor tu sonrisa
tu andar de fino donaire
que como junco en el aire
más que mujer eres brisa.

Mirada en donde agoniza
el querer o la ilusión
ojos color de carbón
como entre lotos dormidos.
Azabaches concebidos
negros en el algodón.